Amra, de 11 años, lleva una vida nómada tradicional con su madre Zaya, su padre Erdene y su hermana pequeña Altaa en una provincia en medio de la estepa mongola. La familia lleva una pacífica y rutinaria vida. Zaya cuida del rebaño, Erdene trabaja como mecánico y vende el queso casero que ellos mismos elaboran en el mercado local del pueblo. Sin embargo, un día las empresas mineras internacionales irrumpen en el lugar y acaban destruyendo el paraje natural y el medio en el que viven.